POEMAS PARA LOS ESTUDIANTES
MENSAJE
DEL MAESTRO A SU ALUMNO: MI ĆLTIMA LECCIĆN
Por
Hugo Almanza , compositor peruano
Querido
alumno:
Para
ser feliz no importa lo que el mundo te ofrezca,
sino
lo que tĆŗ puedas ofrecer,
porque
todo lo que se da regresa,
y
ante los ojos del SeƱor sĆ³lo valen las buenas obras.
Al
final no te llevarƔs lo que has guardado,
sĆ³lo
se irĆ” contigo lo que has hecho en favor
de
los demƔs; es decir, lo que has dado
nunca
te quejes, la vida no es fƔcil,
camino
sin piedra no es camino,
no
te compares con nadie, mĆdete contigo mismo;
es
la Ćŗnica manera segura de avanzar.
La
humildad es una virtud maravillosa,
casi
inalcanzable, pero no imposible
con
los aƱos aprenderƔs que son los atajos
los
que alargan el camino, que la ruta mƔs rƔpida
y
segura es la que ya conoces, que nada es gratis en la vida
que
todo debes ganƔrtelo o merecerlo
que
ser Ćŗtil es mejor que ser importante.
Aprende
a dominar tus iras
se
tolerante, cuƔntas veces lo serƔn contigo
jamƔs
agredas, no olvides lo que dijo el poeta:
El
golpe daƱa mƔs al que lo da, que al que lo recibe
estira
la mano sĆ³lo para dar o ayudar
quiere
a tus parientes y amigos con todos sus defectos
o
correrĆ”s el riesgo de quedarte sĆ³lo porque
el
ser perfecto no existe y acostĆŗmbrate a escuchar;
los
consejos no se discuten, se agradecen.
Recuerda
que la belleza es fugaz,
que
el poder es circunstancial y que la riqueza es ajena
que
a fin de cuentas, sĆ³lo es tuyo lo que consumes
que
por mƔs dinero que tengas, no serƔs mejor,
no
sabrƔs mƔs, ni serƔs mƔs bueno
ni
siquiera podrƔs comer o dormir mƔs que cualquier mendigo.
En
todos los actos de tu vida trata de ser justo,
piensa
en los demĆ”s; deja que tu corazĆ³n cumpla con su deber,
su
destino es querer; para eso lo hizo Dios
por
lo menos eso pensamos los maestros.
Aprende
a valorar el amor que te dan,
siendo
poco, tal vez sea lo mƔximo que puedan ofrecerte
no
todos tenemos la misma capacidad de sentir y de dar
dichoso
tĆŗ si puedes hacer feliz al ser que amas.
Cada
vez que sientas ternura por los tuyos no te contengas
todos
tenemos una necesidad increĆble de cariƱo
sea
cual fuere tu edad, ten tus cosas en orden;
el
SeƱor puede llamarte en cualquier momento
enseƱa
a vivir con amor a tu familia; si estƔn alejados
o
resentidos, perdĆ³nense, nunca es tarde. La vida es tan corta.
QuiƩranse
mucho, ahora que pueden hacerlo,
que
estĆ”n presentes, que es fĆsicamente posible
recuerda
hijo, que maƱana si no los aparta la vida, lo harƔ la muerte
ojalĆ”
que estas lĆneas te ayuden a vivir mejor.
Hasta
siempre tu maestro.
ESTUDIANTE
Por
Erandi (Poeta activo)
Estudiante,
que empapas la mente
en
ideas de maestros
que
tiran, palabras al viento
para
que recojas
La
enseƱanza del cielo.
Estudiante,
que dedicas
tu
tiempo al estudio
sembrando
el destino
para
la cosecha del futuro
pero
la decepciĆ³n de estudiantes
que
no luchan
se
miran, bajo la sombra de la luna
en
la ciudad, de la piedad
donde
las personas
limpian
el sudor
de
letras intestadas, de combatir
contra
una mente cerrada
llena
de ambiciones y miedos
pero
has de llegar ha casa
cansado
de estudiar,
y
te recuestas en el sillĆ³n
con
una almohada
frente
a la tele.
Pensando
mil tonterĆas,
como
tomar de noche
y
si se puede estudiar de dĆa
asĆ
has de vivir
estudiante,
que todo lo sabe
y
nada lo puede,
eres
como la lluvia
que
cae y cae sin avisar
pero
al mantener en calma
el
deseo de luchar y triunfar
tiras
al viento el alma
y
recoges del mar, la mente
esa
mente, perdida en pensamientos
que
viajan al cielo y no al momento
pero
no te rindas lucha
lucha
contra la mustia flojera
has
lo que siempre has deseado ser
una
persona con valores
despierta
tu dignidad
y
no te rindas, estudia
Estudiante
TARDES
DE ESCUELA
Por
Miguel SĆ”nchez Robles (RecopilaciĆ³n: Enrique MartĆnez-Salanova
SƔnchez)
Formados
los deseos a menudo en el vicio
miraba
sin bondad por la ventana
la
extensa confusiĆ³n de tierra roja.
oscilando
profunda su lisura
y
todo era un elogio silencioso,
un
socavĆ³n de miel inexpresivo.
Tardes
exactas de sabor a metal.
Un
puntapiĆ© verbal rompĆa el silencio.
El
lƔpiz circulaba libremente en los Ɣngulos
y
acechaban dibujos en los cronos.
AllĆ
estaban los niƱos de sonrisa impecable
y
gestos imprecisos por las bancas mĆ”s Ćŗltimas.
Voces
aglomeradas hilvanando la tarde.
MorĆa
el otoƱo a rƔfagas
con
aves elegantes ovillando bravura
entre
los aires dulces del cerezo.
Tardes
de olor a tiza,
trajines
vanidosos de gramƔtica,
la
pizarra encendida con los nĆŗmeros,
la
h intercalada,
el
adverbio de tiempo
y
un balbuceo de ojos sin destinos concretos.
Tardes
gemelas en mĆnimos sucesos
tentando
la discordia de ingenuo corazĆ³n embelesado
para
intuir historias de preƔmbulos lentos
o
incĆ³modos latidos de desidia pequeƱa.
Libros
abiertos y alfileres de tinta,
novenos
menesteres de academia,
el
Ɣlbum salpicado de flores arrugadas,
modesto
caos de manos,
soƱar
sobre soƱado
y
una traviesa inclinaciĆ³n al devaneo.